PAN y PRD no le han cumplido a México

Por José Luis Camacho Vargas*

“Un pacto nacional, un pacto por México, un pacto por la gente”. Así describió al Pacto por México el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, el pasado 2 de diciembre cuando fue dado a conocer por el Presidente de la República y las tres principales fuerzas políticas este gran acuerdo nacional. A siete meses de aquellos dichos, el PAN y PRD han traicionado ese compromiso con los mexicanos, pues parafraseando al propio dirigente del sol azteca, no han estado lo suficientemente dispuestos “a cambiar la ecuación de hacer política sólo pensando en los políticos y no pensando en la sociedad y en la Patria”. Siguen pensando en ellos mismos.

Aquel domingo quedaba claro que el Pacto por México no era una trinchera para negociaciones electorales ni mucho menos un mecanismo de chantaje para obtener impunidad en el caso del PAN ni canonjías en el del PRD, sino un espacio de diálogo sincero y abierto con el que se buscaba “traducir en iniciativas legislativas este acuerdo y respaldar el trabajo de nuestros legisladores para su deliberación, su enriquecimiento y la aprobación con el liderazgo de los coordinadores parlamentarios”. Así lo reconocía el dirigente nacional del PAN, Gustavo Enrique Madero Muñoz, en el Alcázar de Chapultepec.

Pero en los hechos, ambos partidos políticos han querido pervertir al Pacto y llevar a su seno temas que no debieran contaminar la vía abierta para el diálogo y los acuerdos, en aras de legitimarse al interior de sus respectivas fuerzas políticas y tratar de frenar su deterioro.

Siguiendo esa misma estrategia, los gobernadores emanados del PRI se han convertido en el enemigo favorito del PAN y PRD, ya que tarde y noche lanzan contra ellos acusaciones escandalosas que carecen de fundamento pero que logran el objetivo de calumniar, descalificar y enrarecer el ambiente. Ya ve Usted lo que sucedió en Veracruz cuando Gustavo Madero acusó negligentemente al gobernador Javier Duarte de desviar recursos públicos con fines electorales, acusación que basó en documentación robada, falsificada y sin ninguna veracidad. Pero a pesar de la grave calumnia, hasta el día de hoy Gustavo Madero no ha dado explicaciones sobre cómo obtuvo esa documentación. Y así ha sucedido en muchos Estados de la República en los que se ha utilizado esa cortina de humo.

“Nos duele el rezago histórico frente al anhelo de que las mujeres y los hombres de nuestro país tengan derechos plenos y mejores condiciones de vida; nos duele la desigualdad social y la injustica, la enorme y ya casi insultante concentración de la riqueza en los sectores de más altos ingresos. Por ello, estamos aquí fuerzas tan diferentes, con la convicción de recuperar la vigencia del Estado mexicano, para darle fuerza y valor a la institucionalidad”. Estas palabras que hoy suenan huecas fueron pronunciadas por Jesús Zambrano, quien hoy ha olvidado ese dolor y colocado los intereses partidistas por sobre los del Estado mexicano.

“El PAN reconoce que gran parte de nuestra plataforma y agenda legislativa está contemplada en este acuerdo, lo cual nos anima para confiar que su aprobación pueda lograrse y convertirse en una realidad”, dijo el señor Gustavo Madero, pero pareciera que la agenda del blanquiazul cambia conforme al ambiente político evoluciona, pues hoy al interior de su partido hablan de un replanteamiento de los objetivos del Pacto, como si la lucha contra la pobreza y a favor del desarrollo económico ya no fueran relevantes para el país.

Lo anterior muestra una actitud mezquina por parte del blanquiazul y sol azteca, quienes utilizan el discurso represor y autoritario ante el menor soplido del viento y todos los días condicionan su permanencia en el Pacto por México.

Tal comportamiento ha dado pie a que detractores del Pacto se lancen contra él y renieguen de los importantes avances que ha logrado hasta el momento, pues como nunca antes se ha acelerado el proceso reformador de nuestras instituciones, pero aún falta mucho por hacer.

Ante esta actitud, el PRI ha mostrado un comportamiento responsable e institucional, en el que ha privilegiado la concordia y el imperio de la ley, buscando sortear las exigencias desmesuradas del bloque opositor. Muestra de ello es el Adéndum al Pacto por México.

El dirigente nacional de este partido, doctor César Camacho Quiroz, es un demócrata con una amplia experiencia política que una y otra vez ha pedido civilidad y altura de miras. Lamentablemente no ha sido atendido por quienes no quieren escuchar.

César Camacho Quiroz es un digno representante del partido político en el gobierno.

Intensas y competidas fueron las elecciones del domingo 7 de julio en 14 Estados de la República, las cuales se caracterizaron por la competencia y la profesional preparación de cada uno de los procesos.

En una muestra de civilidad, el PRI no ha puesto en duda la imparcialidad de las instituciones electorales en los lugares donde no obtuvo el triunfo y muchos menos, buscado ganar en las calles lo que no le fue dado en las urnas electorales. Eso se llama respeto a la ley, responsabilidad social y amor a México. Otros partidos ya estarían gritando fraude e incendiando las calles.

Por ello, es necesario recordar lo señalado desde un principio por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en el sentido que “lograr acuerdos implica proponer, no imponer. Lograr la unidad no significa que tengamos las mismas ideas, significa que perseguimos los mismos fines”. Pero no lo han entendido así quienes buscan imponer su pensamiento y objetivos a base de presiones y chantajes que no conducen a nada más que al estancamiento.

El México del siglo XXI exige institucionalidad, madurez y civilidad, cualidades que lamentablemente no se encuentran presentes en el PAN y PRD, partidos que siguen siendo los mismos de hace 20 años.

No obstante, el PRI ha entendido las transformaciones sociales y con César Camacho Quiroz a la cabeza, sigue caminando por la democracia y la justicia social.

*Maestro en Derecho, académico de la UNAM, especialista en temas legislativos y militante del PRI desde 1976.

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